Sería demasiado pretencioso decir que desde el primer manga que leí lo analicé con ojo crítico. Aquí la realidad es que, como cualquier otra persona iniciada en las tentadoras garras de las homosexualidades, caí encantada de historias simplonas y chuscas que para mí fue más bien un increíble descubrimiento. Sin embargo, al seguir consumiendo tantos chicos guapos que al principio no eran gays (pero al final siempre sí) noté los patrones en los personajes, y supuse que no era una cuestión de coincidencia ni casualidad lo que estaba aquí detectando.
Si soy sincera, mis personajes favoritos por lo general eran los que tenían el rol de seme: dominantes, agresivos, con un terrible sex appel; pero al ver tanto de lo mismo me decante por los ukes agresivos, tsunderes y rebeldes. Ahora bien, esto no es propiamente una anécdota solamente porque sí (bueno, quizás un poco), los roles de pareja activo/pasivo también me dejaron incógnitas: ¿No es el rol seme/uke básicamente una relación heterosexual llevaba a una relación homosexual?
Y es así como nuestra travesía empieza...
