lunes, 15 de septiembre de 2014

Esa vituperiosa fujoshi: Black Sun.


No voy a mentir cuando digo que soy fujoshi, bastantes mangas a lo largo de mi adolescencia he leído, unos más explícitos que otros. En principio me iba por el primero que en portada tuviese a dos personajes, vagamente hombres, juntos  y con intenciones de toquetearse sus partes íntimas. Sin embargo, con el paso del tiempo me volví un poco más exigente con lo que leía (como suele ocurrir con cualquiera que se envicia y de repente lo que consume no es suficiente). Gracias a eso una puede tomarse el tiempo de leer un manga BL como obra y no como mero producto de consumo.

Y aquí sucede algo curioso... Black Sun está lejos de ser una obra, ya que su única meta es ser consumida y excretada como la mierda que es.



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Título: Black Sun (No hay nada racista aquí, que quede claro)

Mangaka: Ogasawara Uki

Tomos: 2 (Pero descuida, después del segundo capítulo ya te vienes)

Reseña: Leonardo, noble príncipe de Limbourg abandona su título para pertenecer a los caballeros monásticos desde niño. Su mentor Lorf Franciso de la Tour, se convierte durante su crecimiento en alguien muy importante para él y estrechan una gran amistad. Sin embargo, las guerras avecinan, y con ello, Leonardo se ve obligado a proteger el fuerte Gerun, mientras que de la Tour debe apoyar al frente del conflicto. 


Leonardo, liderando su comando en Gerun, se ve debilitado por los turcos y es Jamal, un atractivo comandante, quien tras vencerlos le pide a Leonardo que se desnude y se deje violar delante de todos, a cambio de no matar a sus hombres derrotados e intimados por el filo de sus espadas. Tras ésta humillación pública, Jamal decide convertirlo en su esclavo y se lo lleva a su tierra, dejando a sus hombres, tal como prometió, vivos.

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El momento más dramático
de la historia: cuando a Leo
 le meten el embutido
entero... otra vez.
La primera vez que vi la portada de Black Sun, en mi interior una gran expectativa había nacido. Los trazos y la estética de los personajes, el manejo de colores e iluminaciones: parecía un trabajo perfecto y hermoso que me sugestionaba a tierras exóticas repletas de anécdotas bélicas y batallas épicas. Descargué todos los tomos y capítulos disponibles inmediatamente, y tras el primer capítulo una revelación me convulsionó el cerebro hasta dejarlo atónito: era un manga más del montón.

Ni sus hermosos personajes, la mano calificada de un artista que embelleció mis ojos con tanta carga andrógina, ni el falso y poco coherente carisma de Jamal (o su nombre genérico) pudo salvarlo de su inevitable destino: todo su repertorio era una fraudulenta excusa, todo para dar cabida a un tedioso y repetitivo porno que había en cada uno de sus capítulos.

Black Sun es una gran decepción, obviamente no con el Hard Yaoi, porque eso lo da por montones, pero para todo lo demás (con excepción de sus hermosos dibujos)... se queda corto. La historia, si es que su excusa más refrita que las explosiones de Michael Bay se le puede llamar historia, es... un pedo (?). Sabes que está ahí, puedes olfatear su fétido aroma pero no lo ves por ningún lado. Y eso es una pena, porque el entorno geográfico prometía mucho... y como bien discurso político, todo se quedó en promesas.

El gran problema que muchas autoras no toman en cuenta, es que es importante enriquecer el entorno en el que se encuentran, porque gracias a ellos pueden hacer una historia más compleja y diversa. Black Sun sólo se limitó a tomar la tipificada lucha de clases en una dictadura, donde su líder es irónicamente un burgués con un pasado en el que fue pobre, pero que todo el pueblo lo ama (Se me viene a la mente muchas películas con ese tipo de señas). Las traiciones también son obvias, y lo peor de todo es que el motivo de traición es muy insulso, tanto como Leonardo con sus principios de caballero noble.

Leo: Oh, no. Esa figura de
caballero nos está viendo,
que deshonor *erección*
Jamal: Yo se que te gusta, chikis.
Los personajes son de lo más genéricos y predecibles, sólo necesitas mirarlos dos viñetas y ya sabes que ese cabrón de allá es el malo, el otro de allá un lameculos y ese del fondo va a traicionar a todos. Jamal y Leonardo son ABURRIDOS, lo único entretenido de ellos es cuando tienen sexo, pero sus personalidades son planas, y cuando intentan dar indicios de ser más dimensionales sólo se quedan a medio camino. Como sucede con Leo, quien da un argumento justificable sobre haber sido humillado y que debe recuperar su honor... mientras tiene una erección. Sí, Leonardo, me queda entendido que se te puso dura por la furia y el deseo de pelear, me queda de sobra entendido.

La interacción seme/uke es la común, ambos toman sus papeles instantáneamente como en cualquier otra película porno. Digo, si el manga iba a ser un mórbido porno... ¡Al menos le hubieran metido un poco más de diversión! Algunas orgías y otras posturas de kamasutra no hubieran estado mal. Pero no, uke siempre uke y seme siempre seme para el misionero.

En conclusión: Black Sun cumple con su objetivo, el cual es: que lo compres para masturbarte. Pero su calidad gráfica y la idea era demasiado buena como para que la dejarán en sólo porno. Se pudieron haber aprovechado los personajes secundarios para darle mayor complejo al manga, pero los mandaron a la verga (literalmente); se pudo haber hecho una historia con mayor desarrollo, pero lo mandaron a la verga; Jamal y Leonardo pudieron haber tenido más personalidad que una madera de lija, pero los mandaron a la verga. Y eso es todo lo que hay en este manga: vergas, vergas, vergas y... ¿ya dije vergas?




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